El Reino Unido dejará de emitir gases de efecto invernadero para el año 2050. Un compromiso que podría convertirse en el legado de Theresa May, que ha reconocido que es un plan ambicioso, pero necesario para proteger a nuestro planeta para las futuras generaciones.
Este miércoles la primera ministra en funciones lo presentará al Parlamento británico como una enmienda a la actual legislación sobre el clima, por lo que no requiere votación.
«Es un plan ambicioso, pero necesario para proteger a nuestro planeta para las futuras generaciones
Theresa May Primera Ministra en funciones del Reino Unido
El objetivo hasta ahora era reducir para ese año en un ochenta por ciento el nivel de las emisones de CO2 registrado en los años noventa.
El Reino Unido se convierte así en el primer país del G7 en llegar tan lejos en la lucha contra el cambio climático y espera con ello animar a otras naciones a seguir la misma senda.
La medida había sido recomendada el mes pasado por un comité independiente especializado. Exigirá importantes inversiones en muchos sectores implicados de la economía británica, como el de la producción de energías renovables. El automovilístico será otro de los grandes afectados, pues podría obligar a la retirada gradual de los coches de gasolina y diesel hasta el año 2035.
Los hogares deberán sustituir la calefacción de gas natural por alternativas como el hidrógeno o las bombas de calor.
Grupos de activistas se han quejado, sin embargo, de que esto no resulta suficiente para cumplir el acuerdo de París de 2015 que se propone limitar el aumento de la teperatura del planeta a un grado y medio.