Por: Pia Zevallos – Gerente General de Libélula
Alcanzar las metas de descarbonización y economías resilientes al 2050 implicará una inversión aproximada de $6 billones anuales según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. En ese contexto, ¿qué rol juegan las empresas?
El financiamiento climático total ha aumentado constantemente en la última década, pero sigue siendo insuficiente. En el periodo 2019/2020 se asignaron $632 mil millones, 10% más a lo asignado en el periodo anterior 2017/2018, según el Global Landscape of Climate Finance 2021. Este contexto supone una oportunidad para las empresas que hacen o reciben inversiones y deben evaluar el impacto del cambio climático.
Para ayudar a las empresas a gestionar sus negocios frente a un contexto climático, se creó el Task Force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD), un grupo de trabajo establecido por el Consejo Global de Estabilidad Financiera, que desarrolla recomendaciones sobre cómo alinear la gobernanza empresarial, la estrategia, la gestión de riesgos y el uso de métricas y objetivos de cada empresa hacia un enfoque que incorpore los riesgos y oportunidades del cambio climático.
El sector financiero ya viene implementando el marco TCFD a través de la definición de metas net-zero al 2050, inclusión del cambio climático en su gestión de riesgos, y evaluación del impacto en emisiones en sus portafolios de inversión. Desde su lanzamiento, más de 3,800 organizaciones se han adherido a las recomendaciones del TCFD, de las cuales 1,500 son instituciones financieras, responsables por activos con un valor de $217 billones.
Con estas recomendaciones, las empresas cuentan con información para evaluar sus esfuerzos de inversión, considerando además que las inversiones en adaptación al cambio climático podrían tener un retorno sobre la inversión de hasta $10 por cada dólar invertido (Global Comission on Adaptation).
En el Perú, las principales aseguradoras y fondos de pensiones, que representan más del 90% de los activos de inversión de esas industrias (aproximadamente USD 49 mil millones a noviembre del 2022), están empezando a capacitarse en las recomendaciones del TCFD y presentan en promedio un avance del 44% en la divulgación de sus emisiones de GEI y sus riesgos asociados, según el reporte emitido por la Iniciativa de Divulgación de Activos Climáticos de América Latina (LACADI – 2023) para Perú.
Si las empresas identifican y cuantifican el impacto material del cambio climático en su negocio utilizando las recomendaciones del TCFD, estarán en condiciones de calcular el retorno de sus inversiones con más certeza. Resulta fundamental que las compañías se esfuercen por dimensionar y enfrentar la crisis climática; para generar una mejor rentabilidad empresarial, ser sostenibles a largo plazo y evidenciar su responsabilidad con el presente y futuro del planeta.