- De acuerdo con Rubicon, hasta el 90 por ciento de los desechos sólidos en basureros podrían ser reciclados
- Statista apunta que, para 2024, el mercado internacional del reciclaje tendría un valor de 376 mil millones de dólares
- Forbes define una marca sustentable como aquella que integra medio ambiente, economía y sociedad a su modelo de negocio
Una de las grandes luchas a escala global es la protección del medio ambiente. En enero, el Foro Económico Mundial (WEF) dijo que el cambio climático (y varias de sus consecuencias) encabezaría la lista de los riesgos globales más importantes para la humanidad. Algunos estimados incluso apuntan que la civilización podría desmoronarse para 2050 sin cambios profundos al estilo de vida. Lo anterior ha llevado a varias marcas a asumir el reto.
Amazon no es una de esas marcas. De acuerdo con The Wall Street Journal, la compañía empezará a multar a aquellos resellers que utilicen demasiadas cajas y envolturas en sus productos. Si bien la iniciativa tendrá un efecto positivo en el medio ambiente, no es la principal razón detrás del cambio. El objetivo del proyecto de hecho es reducir el espacio que ocupan los paquetes y, por consiguiente, reducir los costos de su cadena de logística.
Objetivos financieros, beneficios al medio ambiente
Varias marcas han cambiado su modelo de negocio en beneficio del ecosistema. McDonald’s, tras una petición en Change.org, dejaría de regalar juguetes de plástico en sus combos infantiles. La carrera en autos eléctricos e híbridos también ha tenido un efecto determinante en las emisiones de gases contaminantes. También varias compañías y organizaciones han lanzado mensajes contundentes en pro de la conservación del medio ambiente.
La iniciativa de la retailer online continúa un curioso fenómeno: proyectos cuyo objetivo principal es económico, pero que también tienen efectos positivos en el medio ambiente. En julio, se anunciaron nuevos instrumentos de inversión que, además de generar dividendos, cuidarían de especies en peligro de extinción. El mismo WEF apunta que los proyectos verdes tienen efectos contundentes para incrementar los márgenes de ganancias de las compañías.
No hay duda alguna que el cuidado del medio ambiente debería ser una prioridad ética para las compañías. Pero así como en el caso de la responsabilidad social corporativa, no hay razón por la que no pueda ser también una forma de incrementar el valor del negocio. Al final, no hay mejor negocio que obtener dinero y/o reducir costos por cuidar del ecosistema. Solo es cuestión de identificar áreas de oportunidad de alto impacto dentro de la organización.