“No es posible ninguna acción climática sin tener como aliada principal a la naturaleza”, señaló Pia Zevallos, Gerente General de Libélula.
En la actualidad, la interdependencia entre las actividades humanas y el entorno natural se hace cada vez más evidente. En este contexto, la gestión empresarial se enfrenta a un desafío sin precedentes: considerar el capital natural del cual dependemos y evaluar la exposición de su negocio a riesgos climáticos. Este fue uno de los mensajes clave que dejó nexos+1 Foro Latam 2024.
En palabras de Tim Christophersen, VP de Climate Action de Salesforce, “Todo lo que hemos construido como una civilización global los últimos 10 mil años, ha sido guiado por un clima estable y biosfera funcional; y hemos pensado que esto es algo que siempre va a ser así. Pero la vida en la tierra ha cambiado”. Esta afirmación subraya la urgente necesidad de reconocer y abordar la realidad de los cambios significativos en los sistemas naturales que sustentan nuestra sociedad.
La dependencia de la economía en la naturaleza es innegable, explicó Dan O’Brien, socio del equipo de sostenibilidad de PwC. “Más del 50% de la actividad económica global depende materialmente de la naturaleza”, señaló. Esta dependencia no se limita a industrias específicas, sino que se extiende a lo largo de toda la cadena de valor, desde la agricultura hasta la construcción.
Sin embargo, esta dependencia no está exenta de riesgos. La disminución de la biodiversidad y los impactos del cambio climático en el ecosistema natural representan amenazas significativas para las empresas en todo el mundo. En este contexto, la gestión del entorno natural se vuelve imperativa para las empresas; estas deben conocer e informar sobre su interacción con la naturaleza, desarrollar estrategias positivas para su conservación y prepararse para futuras normativas de divulgación.
El Marco Mundial de Biodiversidad, acordado en 2022, exige a todos los países crear regulaciones para impulsar al sector privado a medir y reportar sus impactos en la naturaleza, subrayando la importancia de una responsabilidad corporativa ambiental más transparente y proactiva.
La gestión del capital natural en el entorno se complementa con la gestión de riesgos climáticos. Santiago Nuñez, Especialista en Adaptación al Cambio Climático del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), observó que “las empresas tienen una gran oportunidad para la adaptación al cambio climático al influir en su cadena de valor para aumentar su resiliencia,” y resaltó las soluciones climáticas basadas en la naturaleza. Esto es especialmente relevante para las pymes en la cadena de valor, que representan el 99% de las empresas en la región y contribuyen con el 40% al PIB. Erika Vargas de UPS Foundation, destacó la importancia de apoyar a estas empresas porque “todos dependemos de un pequeño y mediano empresario”. Aumentar su resiliencia aporta a la continuidad operativa de las grandes corporaciones también. Este enfoque colaborativo entre empresas en la cadena de valor es esencial para abordar los desafíos ambientales y climáticos.
En esta línea, la empresa de consumo masivo Alicorp compartió su trabajo con los pequeños productores en sus programas de Palma Sostenible y de Soya Sostenible, que se basan en la formación de capacidades de producción sostenible, el acompañamiento en certificarse como sostenibles con organizaciones internacionales y el seguimiento de impacto a través de herramientas satelitales que permitan el monitoreo de la deforestación. “El cambio climático es un elemento que cada vez está más integrado en la toma de decisiones que nos ayuda a mitigar los riesgos que tiene Alicorp tanto en el presente como en el futuro, pero también es progresivamente una fuente de oportunidades de negocio”, confirmó Ian Nightingale, gerente corporativo de desarrollo sostenible en Alicorp.
El rol del sector financiero es muy importante porque es un catalizador. “Nosotros movilizamos fondos hacia las empresas, entonces, tenemos la responsabilidad de asegurar que se dirijan a las empresas responsables con el ambiente y con la sociedad”, explicó Darice Gubbins, head de sostenibilidad para el grupo Credicorp. “Cada empresa tiene que hacer una introspección y entender cómo puede transformar su modelo de negocio para hacerlo más sostenible y adaptarlo a esta realidad. Y nosotros como bancos vamos a estar ahí para acompañar con conocimiento y con financiamiento a nuestros clientes a lograr esta transición”, complementó Gerardo Moreno, tribe leader de productos crediticios de Banca Empresa y Corporativa en BCP.
La gestión del entorno más allá de las operaciones internas es esencial para garantizar la resiliencia empresarial y la sostenibilidad a largo plazo.
Como concluyó Ericka Vargas de UPS, “la acción climática requiere un esfuerzo de toda la sociedad y esa colaboración multisector es clave para acelerarla y hacerla también más eficiente”.