Por: Pia Zevallos – Gerente General de Libélula
El sector privado puede responder a los impactos del cambio climático adaptando sus propios activos, operaciones, cadenas de suministro y recursos para garantizar la continuidad del negocio; a través de financiación e inversión en soluciones de adaptación; o proporcionando soluciones de adaptación a través de productos, servicios y tecnologías que aumenten la resiliencia. Tecnologías para un menor consumo de agua ante sequías inminentes, préstamos para el reforzamiento de construcciones ante inundaciones; son algunos ejemplos de inversiones y productos necesarios para adaptarnos.
Según el Foro Económico Mundial, se estima que los costos de los desastres naturales relacionados con el clima en todo el mundo pueden alcanzar los $360 mil millones anuales, lo cual genera costos indirectos por la interrupción de la cadena de suministro y otras consecuencias económicas colaterales. Así, se deberá invertir significativamente para minimizar los impactos de desastres y mejorar la resiliencia.
El Programa de Medio Ambiente de la ONU estima que las inversiones anuales en adaptación solo en países en desarrollo aumentarán de $70 mil millones hoy a $300 mil millones en 2030, e incluso el doble en 2050. El sector privado deberá asumir una parte importante de esta inversión para minimizar los impactos y mejorar la resiliencia de sus operaciones y sus áreas de influencia. Según una encuesta del Global Risk Report 2020 del Foro Económico Mundial, el 78% de los encuestados consideran que las inversiones en infraestructura y tecnología resilientes al clima son esenciales para abordar los riesgos climáticos.
Una señal clara de esta tendencia es que los inversionistas están exigiendo cada vez más que las empresas evalúen y gestionen adecuadamente sus riesgos climáticos. Un informe de la Iniciativa de Divulgación de Carbono señala que las empresas que no abordan los riesgos climáticos pueden enfrentar sanciones financieras significativas y una disminución de la confianza de los inversores. Como evidencia, más del 90% del mercado peruano de aseguradoras y AFPs está dando pasos para familiarizarse e integrar las recomendaciones del Task Force for Climate-related Financial Disclosures (TCFD) en sus portafolios de inversión y en la manera de gestionar sus negocios.
La inversión en la gestión de riesgos climáticos es esencial para garantizar la sostenibilidad a largo plazo del sector privado y de la economía en general. Diseñar, desarrollar e invertir en iniciativas que permitan la adaptación al cambio climático, generará beneficios para las empresas, y la economía, pero también ayudará a cerrar brechas de desarrollo y mejorar el estado del ambiente.
El 21 de junio durante el Foro Latam 2023 de nexos+1 diversas empresas dialogarán sobre la evolución empresarial en la era climática, un espacio necesario para la evidencia de iniciativas y proyectos que están permitiendo la adaptación al cambio climático, y con ello resguardando el desarrollo sostenible del planeta.