Por Pablo Santillán Caicedo, Coordinador de Gestión del Conocimiento en el proyecto Decarboost
Julio 2021
En el evento central de nexos+1 de marzo del 2021, Alexia Semov, lead del New Nature Economy Report II: El futuro de la naturaleza y los negocios, por el Foro Económico Mundial, presentó su visión acerca del futuro de los negocios y de la naturaleza, destacando el compromiso de actores clave para anticiparse a los potenciales impactos del cambio climático en la economía global, y el potencial del sector privado de apoyar decididamente en la transición hacia el desarrollo sostenible.
Destacó que líderes mundiales como Emmanuel Macron, presidente de Francia o António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, advierten al mundo de los riesgos que representa el no trabajar para prevenir la destrucción de la biodiversidad. En esta línea, subrayó que Ursula Gertrud von der Leyen, Presidente de la Unión Europea insta a cambiar la forma en la que vivimos y hacemos negocios para ser capaces de mantener lo que valoramos. Un llamado a la acción que involucra al presidente Joe Biden de los EEUU, quien empezó su gobierno asumiendo el compromiso de proteger el 30% de la tierra y los mares costeros para el 2030, sumándose a más líderes globales que reconocen la importancia de desarrollar planes para una economía positiva, mirando a la naturaleza.
Los riesgos asociados al cambio climático incluyen las proyecciones acerca de las consecuencias de no detener las tasas de deforestación, pues de mantenerse estas tasas el planeta tendrá solamente el 10% de sus bosques remanentes para el año 2030, apenas nueve años en el futuro. Esto significa que no se podría soportar una variación de dos grados de temperatura hacia arriba. La variación del rango de temperatura podría generar un mayor riesgo de extinción a las especies en una tasa mucho más alta de lo que se podría revertir, lo que pone en riesgo la seguridad alimentaria del futuro.
Para Semov, la naturaleza es el lecho físico de la vida, y el lecho sobre el cual se cimientan las economías. Gracias a climas estables y suelos saludables, la naturaleza provee de fuentes de recursos invaluables, algunos más evidentes como la provisión de alimentos o la proporción de medicinas; basta mencionar que el 70% de los medicamentos anticancerígenos provienen o han sido inspirados por la naturaleza. Otros recursos son más sutiles, como la regulación climática, gracias a que océanos, suelos y bosques absorben el carbono de exceso de la atmósfera, además de los innegables beneficios para la salud que provienen de estar rodeados por un bosque. La naturaleza como gran lecho de vida es protegido por poblaciones indígenas que, siendo solo el 5% de la población mundial, se estima que son los guardianes del 80% de las reservas biodiversas remanentes.
En el reporte Incremento de los riesgos naturales: por qué la crisis que está engullendo la naturaleza es importante para la empresa y la economía, el Foro Económico Mundial revela que 44 billones de USD de valor económico generado (más de la mitad del PIB mundial) depende en su totalidad o en parte de la naturaleza y sus servicios, y por tanto, están expuestos a pérdidas naturales. Este mismo estudio plantea que la construcción, agricultura y alimentación, los tres mayores sectores que dependen en gran medida de la naturaleza, generan cerca de 8 billones de USD de valor añadido bruto, lo que equivale al doble de la economía alemana.
Alexia Semov enfatizó en que, mientras el mundo no se despierte a esta realidad, las compañías y los países que no hubiesen tomado acción lo suficientemente rápido, están en riesgo de confrontar problemas sociales, financieros y legales. Cuando los políticos, reguladores, y consumidores empiecen a demandar más de los negocios, y penalicen a aquellos que con sus operaciones continúen dañando la naturaleza y el clima, el riesgo de perjudicar sus activos se volverá una realidad para muchos negocios.
Cada vez está más socializado el conocimiento de que mientras se destruye la naturaleza, se evidencia un incremento significativo en el riesgo de las epidemias, cuarentenas y disrupciones sociales. Eso es algo que para Alexia Semov ya está sucediendo.
Los mismos factores que explican el cambio climático, podrían convertirse en factores que incidan en la economía de los países. Para Semov, mientras los suelos pierden su capacidad productiva, por un exceso de deforestación o uso de productos químicos, la productividad disminuye; los cultivos se hacen más vulnerables a climas extremos, impactando así en la ya afectada comunidad agrícola y su rentabilidad. Así como los eventos climáticos se vuelven más comunes para el cambio climático, la destrucción de comunidades costeras y sus activos se van incrementando, forzando la migración debido a que ciertas regiones se vuelven inhabitables en la vida humana. Estos eventos tienen un impacto físico en las compañías y en las personas que trabajan en ellas, por lo que mientras más se espera para actuar, más devastadores serán sus impactos.
¿Qué podemos hacer?
Desde la perspectiva de Alexandra Semov, entre las acciones que podrían contribuir a una transformación de la economía hacia la sostenibilidad, se puede considerar:
- Las entidades y marcos globales deben reconocer y aprovechar la oportunidad única que presenta el año 2021. Este año, las Conferencias de las Partes (COP) de clima, biodiversidad y lucha contra la desertificación se realizarán el mismo año. Es importante aprovechar esta oportunidad para consolidar procesos y reconocer las sinergias en la consecución de los tres objetivos juntos.
- Las empresas y los formuladores de políticas deben medir, informar y divulgar su impacto en los recursos naturales, lo que a su vez significa que los sectores financieros y las empresas podrán incluir componentes relacionados con la naturaleza en sus estrategias de inversión y sus estrategias de operaciones.
- Los formuladores de políticas deberían revisar sus modelos de incentivos para promover y valorar las estrategias positivas de la naturaleza y desalentar las dañinas. Todavía hoy existe una cantidad desproporcionada de dinero público que se utiliza para incentivar prácticas que dañan la naturaleza y las personas, como el uso excesivo de pesticidas o la sobrepesca.
- El Foro Económico Mundial ha identificado los principales conductores de la pérdida de la naturaleza y los ha dividido en tres sistemas socioeconómicos claves que tienen las mayores oportunidades para revertir esta naturaleza destructiva. Estos sistemas socioeconómicos claves son: 1) El uso de tierra, alimentos y océanos, que incluyen las compañías de madera, moda e infraestructura; 2) Sistemas de construcción que involucran ciudades y caminos; 3) Sistema energético y extractivo, que incluye la minería, petróleo y gas; y la generación de energía o electricidad.
- El Foro Económico Mundial ha encontrado que un rol positivo en control y protección de la naturaleza podría desbloquear hasta 10 billones de USD en nuevas oportunidades de negocio, creándose más de 400 millones de nuevos empleos.
- Existe un gran número de estudios científicos que han demostrado que desarrollar planes de reconstrucción y reforestación, podrían no solo ser más efectivos sino también más baratos.
- La investigación ha demostrado que los beneficios económicos de proteger, por ejemplo, el 30% del planeta, sobrepasaría los costos en por lo menos una proporción de 5 a 1.
- Establecer un sendero positivo para la naturaleza, al proteger y almacenar nuestros recursos naturales, será una de las principales políticas, no solamente económicamente eficientes, sino también moralmente.
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